Rol de la Iglesia en la dictadura

La Iglesia será la principal protagonista en el juicio de lesa humanidad de San Rafael

A pesar de ser uno de los lugares más conservadores de la provincia, pocas personas se imaginaban que casi sobre el final de las testimoniales, la Iglesia católica se convertiría en uno de los protagonistas principales del juicio.

Si bien, en los primeros testimonios se mencionó al ex obispo León Kruk, fue recién en las dos últimas semanas cuando un nuevo nombre perteneciente a la Diócesis sanrafaelina volvió a ser mencionado y a tomar cada vez más protagonismo En tanto, a raíz de una nota de El Sol, otro sacerdote católico fue citado a declarar.

Ambos deberán sentarse frente a los magistrados el lunes, cuando comience una nueva jornada del primer juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia, que tiene como imputados a los ex policías Juan Labarta y Raúl Ruiz Soppe, al abogado, Raúl Egea y al ex teniente Aníbal Guevara por las desapariciones de Francisco Tripiana, José Berón, Roberto Osorio y Pascual Sandoval.

AUTODESAPARECIDOS. Uno de los párrocos que declarará el lunes, cuando se reanude el debate oral, será José Antonio Álvarez Domínguez.

Este sacerdote, según explicó a El Sol, fue ordenado en 1983, en plena despedida del gobierno militar

En su caso, Álvarez Domínguez recién fue citado ayer por orden del Tribunal 2, integrado por Roberto Naciff, Héctor Cortés y Roberto Burad, y su presencia en la sala no se debe a que haya sido mencionado por algún testigo, sino a declaraciones que hizo a El Sol y que fueron publicadas el viernes 13 de agosto.

En ellas, el sacerdote aseguró que “todo el mundo sabía lo que estaba ocurriendo” y que la Iglesia intentaba ayudar en lo que podía. Según el sacerdote, esa ayuda dependía de la influencia sobre la persona a la que se podía acudir y explicó que no siempre se podía ayudar a los familiares de los detenidos, porque estos, en ocasiones, “no existían”, y agregó: “Hubo autodesaparecidos que después aparecieron”. Justamente esta frase fue la que motivó su citación, ya que los querellantes se mostraron molestos con el sacerdote, mientras que incluso al tribunal le dio curiosidad por saber qué es lo que quiso decir Álvarez con sus dichos.

EL SEGUNDO SACERDOTE. Al lado de Álvarez, en la sala de espera del tribunal se encontrará también el padre Franco Reverberi, quien actualmente es párroco en Saltos de las Rosas, en el distrito de Cañada Seca. Según explicó Reverberi, él fue capellán militar a partir de 1980 y solamente se dedicaba a darles la comunión y los sermones a los integrantes del escuadrón de Montaña.

Asimismo, Reverberi explicó que nunca pisó un centro de detención, ni vio “nunca a un preso político”. Sin embargo, diversos testigos han señalado a Reverberi en sus declaraciones. Uno de ellos fue Roberto Flores, un ex detenido político, quien declaró el miércoles. Según Flores, Reverberi solía entrar y salir de los calabozos e, incluso, les llegó a pedir a los detenidos que cooperaran con las Fuerzas Armadas.

El sacerdote se vio aún más complicado cuando el testigo le explicó a los jueces que habría estado presente en algunas sesiones de tortura. Además de Flores, también Hugo Riera, familiar político del director del Hospital Schestakow, Armando Dauverné, señaló haber visto a Reverberi durante su detención. En el caso de Riera, el testigo señalo haber visto al sacerdote en Infantería.

En tanto, el primero en mencionar al párroco fue Sergio Chaki, quien era empleado en Tribunales cuando fue detenido y llevado a los calabozos del edificio, que luego fue denominado Casa Departamental.

Chaki, además de criticar a los jueces que desempeñaban sus funciones en 1976, señaló que el padre Reverberi visitaba permanentemente a los detenidos encerrados en ese centro de detención.