Mas sobre la muerte de Mussere

Nota de elsolonline.com

Murió en su celda uno de los imputados

Como una mala jugada del destino para los familiares de los desaparecidos, uno de los cinco imputados por las desapariciones de Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval y José Guillermo Berón falleció ayer en la cárcel de Encausados de la penitenciaría de San Rafael.

Se trata de José Martín Mussere, quien se desempeñó como policía y llegó a ser, incluso, jefe de la Unidad Regional II de esa fuerza de seguridad.

Según confirmó el director del penal de la cárcel sanrafaelina, Ricardo Gatica, Mussere falleció alrededor de las 20 de lo que, se presume, sería un paro cardíaco.

De esta manera, el debate oral se queda sin uno de sus imputados.

MUSSERE. José Martín Mussere estaba acusado de privación ilegítima de la libertad en concurso real con el delito de imposición de tormentos agravada, y durante el debate oral se le agregaron los delitos de homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, todo relacionado con las desapariciones de Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval y José Berón.

Además, estaba acusado de asociación ilícita, por lo que su futuro no se veía muy bien.

Mussere, que tenía 62 años y había nacido el 2 de diciembre de 1947, se desempeñó como oficial de policía durante la dictadura y sirvió de enlace con las fuerzas militares al mando del mayor Luis Suárez.

Durante el debate fueron varios los testigos que complicaron al ahora fallecido ex policía.

Uno de los testimonios más relevantes fue el de Luis Barahona, quien lo señaló como la persona que lo detuvo en Malargüe y que lo trasladó hasta la Municipalidad de San Rafael en los primeros días de la última dictadura militar.

Allí, Barahona explicó que Mussere lo hizo subir tres escaleras arrastrándose mientras le propinaba golpes de puño y patadas y cada vez que se caía debía comenzar de vuelta su recorrido.

Otro que también complicó a Mussere fue el ex ministro de Gobierno y juez de la Suprema Corte, Alfredo Rafael Porras, quien en su declaración del lunes señaló que Mussere acompañaba a Suárez a todos lados y que formaba parte de la comitiva militar, a pesar de su estado de policía.

Asimismo, lo mencionó como parte del grupo de tareas que funcionó en San Rafael, donde se produjeron 38 desapariciones. Incluso, el director del hospital Schestakow, quien sufrió los secuestros de varios de sus familiares y tuvo que soportar varios allanamientos y golpizas, señaló que el más feroz de todos era Mussere.

SU ACTITUD. Durante el mes que ha pasado desde que se inició el debate oral y sus quince jornadas, Mussere siempre tuvo la misma actitud.

Llegaba con la cabeza gacha la mayoría de las veces, apoyado en un bastón y de a ratos tomaba notas, mientras que en otros lapsos de tiempo parecía dormir o al menos simularlo.

En algunos momentos, y cuando algunos testimonios lo nombraban, levantaba la vista para mirar fijamente al testigo que lo mencionaba, tal vez, queriendo demostrar un poder que ya no tenía sobre los mismos ex detenidos que 34 años después relataban ante los magistrados cómo habían sido torturados mientras permanecieron encerrados, principalmente en los calabozos de los tribunales sanrafaelinos, en un centro de detención que se denominó Casa Departamental.

Su actitud no cambió ni durante su encierro en la Cárcel de Encausados, adonde “se mudó” junto con los otros imputados: Raúl Ruiz Soppe, Juan Labarta y Aníbal Guevara el 6 de julio, luego de que se ampliaron las acusaciones en su contra.

Con respecto al juicio, fuentes del tribunal confirmaron que, seguramente, hoy será suspendido y será retomado el lunes, ya que Mussere falleció frente al resto de los imputados que deberán declarar qué fue lo que ocurrió.

Mientras tanto, los familiares de las víctimas no lamentan la muerte de Mussere, sino la imposibilidad de saber cuál fue el destino de sus desaparecidos, esos que llevan 34 años llorando.